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Miquel Rullán, abogado del bufete Tous-Riutord.

Connect'UP 2025

Miquel Rullán: «El punto con mayor potencial de conflicto es la valoración de la compañía o del proyecto»

El abogado impartió una formación a los participantes de Connect’Up sobre las claves legales que determinan la relación entre emprendedores e inversores

Ayer por la tarde, en Sa Riera, los finalistas de la categoría Start y los participantes del programa Youth asistieron a un módulo dedicado al term sheet. La sesión fue impartida por Miquel Rullán, jurista del bufete Tous-Riutord y uno de los expertos que repiten como formadores en Connect’Up. Su formación volvió a poner en valor la importancia de contar con referentes que conocen de primera mano las claves legales que determinan la relación entre emprendedores e inversores.

—En su formación a los participantes de Connect’Up hablará del term sheet. ¿Cómo describiría este documento para alguien que ya está agotado de escuchar tecnicismos?
—Si no tengo que ser técnico, lo describiría como una 'hoja de condiciones' o un 'principio de acuerdo' no vinculante en el que las partes implicadas establecen las líneas maestras del contrato definitivo que regulará en el futuro la relación entre emprendedor e inversor.

—En la práctica, ¿qué partes de un term sheet son realmente negociables?
—A pesar de que en el mercado existe una clara tendencia a la uniformidad o estandarización, lo que implica un menor margen de maniobra, el term sheet, al ser un documento privado, es negociable en todas sus partes.

—¿Cuál es el punto del term sheet que más conflicto genera entre fundadores e inversores?
—Dado que el term sheet aparece en la fase inicial de la relación entre emprendedor e inversor, diría que el punto con mayor potencial de conflicto es la valoración de la compañía o del proyecto. En otras palabras, la pregunta que se plantea es en qué importe se cifra el proyecto en este estadio tan temprano.

—¿Qué debería tener claro un emprendedor sobre su propia empresa antes de entrar en una negociación?
—Debe tener claro el grado de avance o de madurez del proyecto, sobre todo si se trata de una iniciativa de base tecnológica.

—Algunos participantes de Connect’Up buscan su primera ronda. ¿Qué señales indican que un inversor es el adecuado?
—Al tratarse de primeras rondas, podríamos decir que un inversor es a priori el adecuado si está dispuesto no solo a aportar capital, sino también a contribuir con su experiencia previa en el desarrollo del proyecto.

—¿Cuándo es imprescindible contar con asesoramiento legal y cuándo puede un emprendedor manejar la negociación por sí mismo?
—Es indispensable en el momento en que las actuaciones de cualquiera de las partes puedan derivar en compromisos u obligaciones exigibles.

—¿Qué cláusulas protectoras para el emprendedor suelen pasarse por alto?
—Debe prestarse especial atención a las cláusulas relacionadas con el control de la sociedad y que afectan a los órganos de gestión, que son la Junta General y el Órgano de Administración, como las materias reservadas o las mayorías cualificadas.

—Desde su experiencia, ¿cómo ve el ecosistema emprendedor balear en materia de inversión?
—Aunque de manera pausada, observo una evolución clara, constante y positiva. No es fácil captar la atención de inversores o ahorradores para desarrollar proyectos tecnológicos en unas islas donde el peso y el éxito económico del sector inmobiliario y de la hostelería lo han condicionado todo, desde nuestro entorno hasta nuestras aspiraciones e intereses.

—¿Qué impacto cree que tiene una formación como la de Connect’Up en la maduración legal de los proyectos?
—El impacto es fundamental, ya que permite tomar consciencia de la importancia del aspecto legal para un emprendedor. Una mala planificación inicial o la falta de atención a cuestiones básicas en las fases tempranas suelen ser garantía de problemas futuros.