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Instantánea que recoge alguno de los momentos más significativos de las formaciones, un espacio en el que los participantes intercambian propuestas, avanzan en el diseño de sus proyectos y se benefician del acompañamiento estratégico de profesionales especializados.
Connect'UP 2025
Pasen y vean: esto es Connect’Up por dentro
Dos meses pueden parecer poco en el calendario, pero para quienes han pasado por las categorías Start, Sprint y Youth, han sido casi una vida entera comprimida en un mismo pasillo. Llegaron con ideas recién nacidas y se encontraron de golpe con un entorno que no daba margen a la timidez, había que pensar, crear, equivocarse rápido y volver a empezar antes de que se enfriara el café.

Desde el primer día, las formaciones hicieron lo suyo, empujar a la gente fuera de su rincón cómodo y obligarla a trabajar con desconocidos que, poco a poco, dejaron de serlo. Lo curioso es que, más allá de los contenidos, lo que realmente movió todo fueron las conversaciones en los descansos, los intercambios improvisados de «oye, ¿tú cómo harías esto?» o los pactos de supervivencia en sesiones maratonianas. Entre una diapositiva y otra, se colaron chispazos de complicidad y, más que probable, alguna que otra alianza.

Por supuesto, no todo ha sido luz y networking amable. También hubo pantallas que se quedaron congeladas, pizarras llenas de tachones, días en los que nada encajaba y noches en las que las dudas pesaban más que los prototipos. Cada participante tuvo que lidiar con su propio catálogo de inseguridades, aprender a modular la presión y descubrir que, al final, nadie tiene todas las respuestas aunque lo disimule muy bien. Y aun así, en medio de ese caos productivo, hubo espacio para celebrar pequeñas victorias. Una idea que por fin cuadra, un pitch que sale fluido, un compañero que te recuerda que no estás solo.

Esas cosas mínimas que sostienen más de lo que parece. Porque aunque cada proyecto tenga un dueño, el trayecto se ha vivido en plural. Ahora llega la final. Y sí, es el cierre oficial, la foto, la puesta en escena… pero también es el síntoma de que algo cambió en quienes han llegado hasta aquí.

No solo vienen con proyectos más definidos, sino con una mezcla de cansancio, orgullo y una versión nueva de sí mismos que no tenían hace dos meses. Lo que ocurra sobre el escenario será importante, claro. Pero lo que se llevan puesto, eso que no se mide con métricas ni con presentaciones, vale incluso más.